1) Génesis 5:4: "Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años".
2) Génesis 6:3. ¿Cuántos serían los días de los hombres desde el anuncio a Noé hasta el diluvio? "Y dijo Yahweh: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años".
3) 1 Samuel 27:7: "Fue el número de los días que David habitó en la tierra de los filisteos, un año y cuatro meses."
4) Salmos 90:9: "Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento"
5) Job 32:7: "Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría"
Estos pocos ejemplos muestran claramente como los escritores bíblicos empleaban el paralelismo días años o día año. Es evidente por lo visto que el intercambio simbólico entre día y año era lo más común para la literatura y la mentalidad hebrea.
3.1 Levítico 25: 1-8
Es el primer pasaje bíblico que emplea el principio día por año. Dios le ordena a Israel a través de Moisés, trabajar la tierra durante seis años pero el séptimo año dejar que la tierra descanse. De esta manera la semana de siete días se emplea como modelo para el cultivo y el descanso de la tierra. Así como el hombre trabaja seis días y el séptimo descansa, también la tierra debe ser cultivada durante seis años y el séptimo descansar.
Luego en el Levítico 25:8, Dios le dice a Moisés: “Contaras siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a sumar cuarenta y nueve años.” Aquí se ve que las semanas de días se usan para presentar semanas de años. Este modelo se debería seguir para calcular el año de jubileo, es decir el año cincuenta. (Levítico 25:8-12)
Como conclusión, Lv 25:1-7, muestra que el año sabático es moldeado a partir del sábado semanal. (Seis días = seis años; día de sábado=año sabático)
En Levítico 25: 8, los días de las siete semanas representan años, es decir;
7 días * 7 veces = 49 días = 49 años.
3.2 Números 14: 34
“Conforme al número de días, de los cuarenta días que empleasteis en reconocer la tierra, cargareis con vuestras iniquidades: cuarenta años, un año por cada día. Así conoceréis mi castigo.”
En este texto también se usa el principio día por año. Los israelitas emplearon cuarenta días en reconocer la tierra de Canaán. Y luego en vez de confiar en Dios tuvieron miedo en entrar en la tierra y se rebelaron. El castigo que le vino por su incredulidad ha sido cuarenta años de vagar por el desierto. En este caso un día pasado equivale a un año futuro.
3.3 Ezequiel 4:6
“Cumplidos estos, te acostarás por segunda vez, ahora sobre tu lado derecho, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado.”
De manera simbólica el profeta Ezequiel debería llevar la maldad de la casa de Israel. Una vez acostado por el lado izquierdo 390 días. (Ez 4:5) Y luego se le pide que se acostara por el lado derecho durante 40 días. Dios le explica que un día en que debe estar acostado equivale a un año de la iniquidad de ellos, día por año te lo he dado.
En este caso los días futuros representan años pasados. Aunque hay algo de diferencia entre el texto de Números y el de Levítico, el principio de contar un día por un año es el mismo.
EL PRINCIPIO HEBREO DE DIA POR AÑO Y SU APLICACION A LA PROFECIA APOCALIPTICA
Si hay un principio hermenéutico muy poco considerado a la hora de estudiar la Biblia, este principio se llama “principio de día por año”.
En la literatura hebrea, al momento de computar el tiempo, se tenía la costumbre de hacer una correspondencia entre días y años. Esta correspondencia la podemos encontrar en varios pasajes de la Biblia:
1) Las genealogías:
Génesis 5:4: "Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años".
Génesis 5:5: "Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió".
Génesis 5:8: "Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió". Y siguientes.
2) La poesía:
Salmos 77:5: "Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos."
Salmos 90:9: "Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento"
Job 10:5: "¿Son tus días como los días del hombre, o tus años como los tiempos humanos...?"
Job 32:7: "Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría"
3) En el cómputo general del tiempo:
1 Samuel 27:7: "Fue el número de los días que David habitó en la tierra de los filisteos, un año y cuatro meses."
Génesis 6:3: "Y dijo Yahweh: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años".
Levítico 25:8: "Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años". Este texto sirve de antecedente para entender que las semanas de Daniel 9:25-27 son semanas de años en lugar de días.
4) Otro texto que sirve de antecedente a Daniel 9 es Génesis 29:27:
Es interesante como llegan a acuerdo Jacob y su suegro luego de que este último engañó al primero al entregarle la hija mayor en matrimonio en lugar de la menor a quien Jacob amaba: “Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años”. Jacob solo esperó 7 días para recibir a Raquel como esposa, aunque a cambio tuvo que cumplir el trabajo acordado de 7 años.
5) La forma de referirse a personas de avanzada edad:
1 Reyes 1:1: "Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba".
Daniel 7:9, 13: “Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia… Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días…”
6) Aplicación en la profecía clásica:
Ezequiel 4:5,6: “Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y así llevaras tú la maldad de la casa de Israel. Cumplidos estos, te acostaras sobre tu lado derecho segunda vez, y llevaras la maldad de la casa de Judá cuarenta días, día por año, día por año te lo he dado”. Aquí el profeta representa los años del pecado de Israel y el de Judá en días en que debía dormir de un lado o del otro. Cada día representaba un año.
Números 14:34: “Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevareis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día”. Aquí se juzga a Israel por su incredulidad de que Dios los guiara para tomar la tierra. La sentencia dice que, por cada día que los espías reconocieron la tierra, los israelitas estarán vagando por el desierto 1 año; como en total los espías estuvieron 40 días en Canaán, el pueblo de Israel será peregrino 40 años en el desierto.
Aplicación del principio de día por año a la profecía apocalíptica.
El tiempo que abarca el cumplimiento profético según los criterios preterista y futurista es muy corto, por lo que los períodos de tiempo de la profecía son tomados literales: 1260 días son 1260 días de 24 horas.
El criterio historicista en cambio, dado que enseña que el cumplimiento de las profecías apocalípticas abarca siglos, aplica a estos períodos de tiempo el principio de día por año: 1260 días son 1260 años. Vimos anteriormente que el criterio historicista se sostiene sobre bases sólidas: Es el criterio usado por la Biblia para auto-interpretar sus profecías apocalípticas y la interpretación puede comprobarse con la historia.
Ahora veremos las bases en las que se sostiene este principio:
1) Base bíblica: Ya vimos en numerosos textos que era común en la Biblia hacer una correspondencia entre días y años. La mentalidad judía tenía muy claro este concepto, porque para ellos era muy habitual este tipo de correspondencia.
2) Base literaria: Cuando el escritor bíblico hace referencia a un periodo de tiempo futuro definido lo hace ocupando todas las unidades de medida: años, meses, días. Siempre usa las medidas mayores y luego las menores. Por ejemplo, en Jeremías 25:11, el profeta dice que Judá estará en ruinas y bajo el poder babilónico durante 70 años. ¿Por qué no profetizo que el dominio duraría 25200 días? (70x360=25200) Porque no era la forma usual de referirse a estos periodos de tiempo. Esto nos muestra, que si en profecía se nos habla de una gran cantidad de días (1260, 1290, 1335 o 2300) estos deben ser interpretados en forma simbólica (días por año) y no literal.
De hecho que en Apocalipsis 11 y 13 Juan habla de 42 meses. Pero según este estudio, esta sería otra forma de reforzar los 1260 días. Ya que en ningún calendario, ni siquiera el hebreo ni en el gregoriano actual, 42 meses son 1260 días.
3) Base contextual: El contexto en el cual aparecen estos periodos de tiempo es fuertemente simbólico (bestias, vientos, etc.), por lo tanto el periodo de tiempo también debe ser simbólico.
4) Base Histórica: A través de la historia, muchos estudiosos de la profecía, tanto judíos como cristianos, vieron la necesidad y la validez de interpretar estos periodos de tiempo como años literales:
• Varios eruditos judíos aplicaron este principio interpretativo a los periodos de tiempo de la profecía: Nehavendí de Persia (siglo IX), Jefet Ibn Ali y Saadías de Faiyum (siglo X); los rabinos Nahamánides (1194-1260), Simón Ben Zema Durán (1361-1444), Isaac Abramanel y Rashí (1040-1105). Este último tradujo Daniel 8:14 de la siguiente forma: “Y él me dijo: hasta 2300 años...”
• Joaquin de Fiole, en el siglo XII, dice que los 1260 días de Apocalipsis son en realidad 1260 años
• Arnoldo de Villanova, médico español escribe en 1292 “Cuando [Daniel] dice ‘2300 días’ debe entenderse que por días entendía años”
• Ubertino de Casale (nacido en 1259) aplicó este principio a los 2300 días y los comenzó desde los tiempos de Antíoco Epífanes hasta el año 2000
• Nicolás Krebs (1400-1464) fue un cardenal católico quien luchó para que los concilios tuvieran más autoridad que el Papa y para que cesaran los abusos eclesiásticos. Sostuvo que los 2300 días de Daniel comenzaban en los días del profeta y terminaban con la segunda venida del Mesías entre los años 1700 y 1750
• Durante y después de la Reforma, 21 eruditos aplicaron este principio a las profecías, entre ellos destacan los ingleses George Downham (muerto en 1634) y Edward King, quienes la aplicaron a los 2300 días de Daniel; y Greog Nigrinus (1530-1602), Johan Funk (1518-1566), y Miguel Servet (1509-1553) quienes la aplicaron a los 1260 días de Apocalipsis
• John Purvey, amigo de John Wycliffe, aplica el principio de día por año a los 1260 días de Apocalipsis
• William Sherwin dijo que los 2300 días terminarían alrededor del 1700
• El físico Isaac Newton, quien escribió más sobre teología que sobre ciencia, aplicó este principio a las profecías en su libro “Observaciones Sobre Las Profecías De Daniel Y Del Apocalipsis De San Juan”, publicado en 1733; 3 años después de su muerte.
• Durante la colonia norteamericana los que se destacaron por abrazar este principio fueron el laico Samuel Hutchinson (1618-1667), el teólogo Cotton Matter (1663-1728), William Burnet, gobernador de Masachusetts (1688-1729) y el clérigo episcopal Richard Clake, entre otros.
• Luego de la independencia, el congregacionalista Samuel Hopkins (en 1793), el Director de correos Samuel Osgood (1748-1813) y el bibliotecario de la Universidad de Hardvard James Winthrop (1752-1821) creían que los 2300 días de Daniel empezaban entre los periodos de los imperios persa y griego y que llegaban hasta sus días
• La mayoría de los expositores bíblicos de comienzos hasta la mitad de los 1800 creían que los 2300 días comenzaban con los persas o los griegos y que terminarían en sus días: William Hales, George Stanley Faber, Adán Clarke, Albury Park, etc.
• Cuando el dispensacionalismo comenzó a hacerse popular entre las iglesias protestantes, este principio fue dejado de lado, hoy sobrevive en algunos círculos menores.
Conclusión:
El principio de día por año tiene una sólida base tanto bíblica como histórica. La validez de este principio refuerza la solidez del criterio historicista de interpretación profética.