Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Yahweh; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a Yahweh; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis. Levítico 23:36
Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Yahweh por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de reposo. Levítico 23:39
El octavo día tendréis solemnidad; ninguna obra de siervos haréis. Números 29:35
Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos. Juan 7:2
Cuando Juan menciona las fiestas de Yahweh como siendo las fiestas de los judíos, es porque él no era judío, no era descendiente de judá ni era del territorio de Judea. Su relato es escrito desde su perspectiva y él era de Galilea y las fiestas de Yahweh se celebraban en Jerusalén, que hacía parte de Judea en aquella época, no de Galilea, sin embargo, como hijo de Israel, debía subir a Jerusalén para celebrar la fiesta.
Entonces Yeshúa les dijo: “Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido”. Juan 7:8
Dentro de la Tradición del pueblo de Israel, se creía o se esperaba el nacimiento del Mashiaj en una festividad de Sukot (tabernáculos) tal y como sucedió, ya que Yeshua nació en una Suka (cabaña), palabra mal traducida por la mente greco-romana como “pesebre”.
Esta fiesta, la de Tabernáculos, aún debía tener un cumplimiento futuro durante el milenio. Es por esto que Yeshúa menciona que aún no es el tiempo de cumplir esta fiesta, sin embargo, sí manda a sus discípulos subir a Jerusalén desde Galilea para guardar el mandamiento y Él mismo también lo hace después, luego de quedarse un tiemo en Galilea de los gentiles, como señal de que la palabra sería llevada a los gentiles y estaría oculta para Israel hasta su segunda venida.
Es por esto que algunos reconocían a Yeshúa como el Mesías, mientras otros se cuestionaban:
Otros decían: Este es el Mesías. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Mesías? Juan 7:41-42
Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. Juan 7:10
a la mitad de la fiesta subió Yeshúa al templo, y enseñaba. Juan 7:14
“En el último y gran día de la Fiesta (conocido también como Hoshana Rabba o la Gran Salvación, Simjat Torah o Regocijo en la Torah, Shemini Atzeret o el octavo día de la Asamblea), Yeshúa se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” Juan 7:37-38
Este día estaba marcado por un servicio especial en El Templo (según la tradición judía), donde se vertía agua sobre el Altar que se recogía del estanque de Siloé. Y ese día los levitas realizaban siete circuitos alrededor del Altar con su Lulav y su Etrog, mientras la congregación recitaba las Hoshanot.
Las Hoshanot iban acompañadas de una serie de versos litúrgicos (de los Salmos) que culminaban con “La voz del Heraldo (Elías)” expresando la esperanza de la pronta llegada del Mesías.
Ahora entendemos lo que hizo Yeshúa, literalmente les estaba diciendo ¡Aquí estoy, yo soy el Mashiaj! Yeshúa corrigió los conceptos que estaban siendo pasados por la tradición para que Su Pueblo pudiese volver a la Torah.
Obs. este estudio menciona tradición y textos del Talmud, sin embargo, el objetivo es ver cómo Yeshúa corrigió los conceptos que estaban siendo pasados por la tradición para que Su Pueblo pudiese volver a la Torah.
En el Talmud, tratado Sukot, se nos habla de una ceremonia que se realizaba en la ciudad de Yerushalayim (Jerusalén), específicamente en la festividad de Sukot.
Esta ceremonia es llamada “Nisui Hamaím” que quiere decir “el verter de las aguas”.
En esta ceremonia los levitas con una vasija de oro tomaban agua del Estanque de Siloé y la llevaban al Templo para verterla sobre el altar. Esta ceremonia estaba rodeada de mucha alegría y festejos que involucraba a toda la ciudad, creando por así decirlo una festividad dentro de la festividad de Sukot, esta festividad la llamaban “Simjat bel Hashoeva” que quiere decir “la alegría de la ofrenda de las aguas”, música, cantos y danzas eran el común denominador en las calles de Yerushalayim, todo esto alrededor de la ceremonia del verter de las aguas.
Los habitantes de la ciudad acompañaban a los levitas en su recorrido, haciendo de él un desfile lleno de música, cantos y danza, en donde participaban todos los estratos sociales del pueblo en Yerushalayim, especialmente los sabios y profetas que en ese día cantaban y danzaban juntamente con todo el pueblo, todos unidos por una misma alegría, la alegría de la ofrenda de las aguas, “simjat bel hashoeva”. Según la tradición en una festividad de “Simjat bel hashoeva” el profeta Yoná (Jonás) recibió la ruaj (el espíritu) de profecía.
A un lado podemos ver la parte sur de un mapa de Yerushalayim del primer siglo, la parte superior corresponde a la parte norte, en donde está la letra “A” es el Monte Moriah, sobre el cual estaba edificado el Templo y ahora está el Domo de la Roca, la parte amarilla representa la parte interior del muro que rodeaba la ciudad. En la parte baja del mapa podemos apreciar la letra “E”, ese rectángulo es la ubicación del Estanque de Siloé, el recorrido del que hablamos arriba es desde el Templo “A” hasta este punto “E”, esta parte de la ciudad en donde está el Estanque, es la conocida como Ciudad de David, porque esa parte era la ciudad que conquistó David, y de allí la ciudad se fue extendiendo hasta que en al primer siglo de la Era Común llegó a ser toda la parte de color amarillo.
En la parte izquierda inferior amarilla del mapa, es el Monte Tzión, en el Estanque de Siloé se recaudaba agua que provenía de una fuente de aguas naturales que estaba en la parte exterior del muro, esta fuente se llama Guihón, también llamado como “Fuente de la Virgen” señalada en el mapa con el númeral “13”, El rey Jisquiyá (Ezequías) construyó un acuaducto para meter las aguas de la fuente Guihón a la ciudad (2ª Crónicas 32:30), ese acueducto está señalado en el mapa con el número “14”. De esa manera en tiempo de guerra, el pueblo podría permanecer dentro de sus murallas con suficiente abastecimiento de agua para todo el pueblo, el tiempo que la guerra durara.
Esta fuente de Guihón o Fuente de la Virgen tiene una connotación histórica y espiritual muy importante, ya que al parecer en ese lugar se ungía a los reyes de Israel, como se hizó con el rey Salomón;
“Y el rey David dijo: Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, y a Benaía hijo de Joiada. Y ellos entraron a la presencia del rey. Y el rey les dijo: Tomad con vosotros los siervos de vuestro señor, y montad a Salomón mi hijo en mi mula, y llevadlo a Gihón; y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre Israel, y tocaréis trompeta, diciendo: ¡Viva el rey Salomón!” 1ª Reyes 1:32-34
Tan especial eran esas aguas de Guihón para el pueblo, que se creía que tenían propiedades no sólo curativas sino altamente espirituales, estamos hablando de propiedades Divinas (Juan 9:6-11), y el Estanque de Siloé era donde se recaudaban esas aguas dentro de la ciudad amurallada de Yerushalayim.
“Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es Enviado – Ve a las aguas del Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé (Ve al Enviado), y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.” Juan 9:6-11
Para el pueblo de Israel éstas aguas que se sacaban del Estanque de Siloé eran tan especiales que hasta eran conocidas como “aguas de Salvación”, tanto así que el profeta Isaías se refiere a ellas como símbolo de la salvación del Eterno, él lo expresó de la siguiente manera:
“Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé (rechazó al Enviado), que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías; he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas, esto es, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas; y pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel.” Isaías 8:6-8
La creencia del pueblo de Israel, era que en la festividad de Sukot desciendía la Ruaj del Eterno (espíritu del Santo), la cual puedía ahora morar en Su pueblo, luego de que el pueblo había sido juzgado en Yom Teruah y había sido perdonado en Yom Kipur, esto simbolizaba el haber completado un proceso de purificación, significaba que entonces el pueblo se había limpiado como vasija y estaba listo para recibir una Ruaj que antes no podía recibir. Todo esto está expresado en la ceremonia Nisui Hamaím, donde el agua alegoricamente representa a la ruaj (espíritu), ya que el agua llena todo espacio y lo vivifica al igual que la ruaj, y así como el agua desciende siempre hasta los niveles más bajos, la Ruaj también tiene como propósito llenar los niveles más inferiores de existencia, solo que para eso el hombre tiene que hacerle espacio por medio de la purificación y la santidad.
Es de suma importancia el hacer ver que los sabios del pueblo de Israel que instituyeron la ceremonia Nisui Hamaím, definitivamente la elaboraron de tal manera que expresara su fe, o su creencia para Sukot y de una manera didáctica la expresaron al pueblo por medio de dicha ceremonia. En esa ceremonia se tomaba agua del Estanque de Siloé, o sea de las aguas de la salvación (como se les conocía), las cuales venían de Guijón o “fuente de la virgen” que eran el lugar escogido para ungir a los reyes de Israel. Estas aguas eran llevadas al altar de bronce en el patio del Templo, esto señala un sacrificio, pero el hecho de que estas aguas no llegaran más allá del patio, o sea que nunca entraban al lugar santo (kadosh) o el lugar Santísimo (kadosh Hakadoshim) como todo lo que era sacrficado en el Templo, nos habla de un sacrificio exterior.
Cómo esto tiene que ver con el Mesías
Los sabios nos dejaron codificado que en la ceremonia “Nisui Hamaím” sería la venida de un espíritu salvador que ellos entendían que vendría en una festividad de Sukot, espíritu que tendría que ser sacrificado para tal efecto, por eso se llevaba el agua al altar del Templo, tal y como se esperaba que Mashiaj, como siervo sufriente, tenía que ser sacrificado por el pecado del pueblo, y este espíritu salvador vendría al igual que las aguas del Estanque de Siloé, de una virgen, ya que la fuente Guihón de donde se alimenta de agua el Estanque de Siloé es conocido como “la fuente de la virgen”, como lo dejó escrito también codificado el profeta Isaías con la palabra hebrea “almá” en Isaías 7:14.
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen (Almá) concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Definitivamente habla del Mashiaj, el Rey de Israel, eso también lo vemos con el hecho histórico que en esa fuente se ungían a los reyes de Israel.
Yeshúa depura los errores conceptuales de la tradición